Historia Basada en Hechos Verídicos:
Hoy es el primer lunes de Otoño, un día un tanto encapotado y con pequeños intervalos de lluvia intermitente; también es mi primer día en el voluntariado del Pino, por lo que estaba un poco cortado y desubicado. pero de repente se me acerca un señor bastante mayor que me llama la atención, por lo que le inspecciono de arriba a abajo por completo, visualizando cada detalle: Se le notan mucho las secuelas del paso del tiempo ya que puedo apreciar todas y cada una de las arrugas que se posan en su rostro; también me he percatado de que tiene algún tipo de problemas en sus piernas, ya que se desplaza en una aparatosa silla de ruedas.
+Buenas tardes, me llamo Armiche, ¿Tú quien eres? Nunca te he visto rondar por aquí ..
- ¡Encantado Armiche! Yo soy David. Y si, es la primera vez que vengo a este lugar.
+¿Se puede saber el motivo de tu visita?
-Ehmm... Pues yo y mis compañeros estamos realizando un proyecto para el colegio, estoy en segundo de Bachillerato necesito nota ya sabes, y eso que ahora estoy aquí con usted.
+Me puedes tutear, que no muerdo.
-Vale, vale... Vamos a ponernos cómodos y así hablamos mejor.
+¿Se puede saber el motivo de tu visita?
-Ehmm... Pues yo y mis compañeros estamos realizando un proyecto para el colegio, estoy en segundo de Bachillerato necesito nota ya sabes, y eso que ahora estoy aquí con usted.
+Me puedes tutear, que no muerdo.
-Vale, vale... Vamos a ponernos cómodos y así hablamos mejor.
Me siento en un sillón que hay en esa misma sala para descubrir más sobre este ser tan peculiar que me va a acompañar durante toda esta tarde lluviosa de otoño.
-Entonces Armiche, ¿Me puedes contar algo sobre ti?
+Si tanto quieres saber sobre mí, te contaré toda mi historia
Me puse cómodo y me dispuse a escuchar aquella historia que tenía una pinta espectacular sin perder detalle, escuchando y reflexionando cada frase, cada palabra; porque algo me decía que aquella historia me serviría para mucho en algún futuro. Se dice que "Más sabe el diablo por viejo que por diablo"
+Me llamo Armiche Rivero Ramos, nací una helada noche de 31 de Diciembre del año 1927, por lo que tengo unos noventa años. Me crié en una familia muy humilde de Trapiche, en Arucas, mi padre trabajaba en nuestra pequeña huerta de la que autosubsistíamos mis cinco hermanos y hermanas, mis padres y yo. Hubo muchas temporadas en las que estuve al borde de la muerte a causa del hambre, pero sobreviví, aunque varios de mis hermanos no corrieron la misma suerte. La Guerra Civil estalló cuando yo estaba pasando mi infancia, por lo que no pude tener una infancia como la de los niños de ahora. Fueron los peores años de mi vida; estaba todo el día metido dentro de un búnker de guerra, con mucha escasez de recursos, mucha gente murió, entre ellas, mis hermanos. Recuerdo aquel día en el que estábamos mi madre, mi padre y yo buscando comida por la calle, cuando empezaron a bombardear el pueblo. Aquel día me quedé huérfano; todavía tengo en mi mente atormentándome el recuerdo de como los cuerpos sin vida de mis padres se desplomaban ante mí. Nunca olvidaré este hecho ya que me marcó para siempre. Años más tarde, ya alcanzada mi edad adulta, sobre los veintidós años, conocí a la mujer más bella que existía; ella se llamaba Teresa. ¡Ay mi Teresa como la quería...! Teresa era la hija del pescadero, rubia con los ojos color miel, pero lo que más me enamoraba de ella era su interior. Era la persona más bondadosa, solidaria, cálida y dulce que había conocido. Siempre que iba al mercado del pueblo, compraba algo de pescado aunque no lo necesitara, solo para tener la excusa para tener unas bonitas palabras con ella. Al cabo de unos años, Teresa se convirtió en la mujer de mi vida. Los años junto a ella fueron los más bonitos de mi vida, formamos una pequeña familia pero muy unida. Por desgracia, Teresa murió cuando solo tenía 36 años por culpa de un cáncer de pecho, y mi hija se fue de casa; no he vuelto a saber nada de ella desde entonces. Han sido unos años de soledad y de sufrimiento enormes, sin nadie a mi lado que acompañara. Echo de menos a mi mujer. Sinceramente no me acuerdo como he llegado a estar encerrado en este lugar. Esta es mi historia.
Al acabar de contar su historia, me doy cuenta de que se me habían escapado algunas lagrimas y me había emocionado con la emocionante historia que me acababan de contar. En ese mismo instante, llega una asistente y me dice que ya es hora de que me vaya ya que ha pasado la hora que me correspondía esa tarde.
-¿Ya ha pasado una hora ? ¿Tan rápido?
+Jajajaja ... El tiempo pasa más rápido cuando te lo estas pasando bien.
-Adiós Armiche; enserio que te agradezco demasiado todo lo que has compartido hoy conmigo, Gracias de todo corazón.
Me vuelvo a casa caminando junto a Jose, pero yo en mis cosas reflexionando sobre todo lo que me ha contado Armiche y extrayendo valiosas ideas sobre su vida.
>Oye David, ¿Hacemos algo este finde? Algo en plan todos los amigos juntos como ir a la playa.
+ (...)
>¿David, ocurre algo? Te noto un poco raro, tú no sueles estar tan callado.
+Pues sí Jose, en el voluntariado me ha ocurrido una cosa de lo más interesante.
>Estás tardando en contármelo
Empiezo a contarle a Jose la historia desde que Armiche y yo nos conocimos, le cuento apasionadamente la historia a la que él presta tanta atención como yo a Armiche, y por último le expreso mis sentimientos en cuanto a lo sucedido en el día de hoy. Luego nos separamos para cada uno llegar a su casa a estudiar.
Ha pasado una semana desde que fui por primera vez al voluntariado del Pino, desde que conocí a una de las personas más peculiares, y a la vez tan especiales de lo que llevaba de vida. Llevo toda la semana sin poder de parar de pensar en este tema. Hasta cuando Marta, mi profesora de psicología me había propuesto hacer un trabajo del tema que quisiéramos, me había aliado con Jose para hacer un trabajo especialmente dedicado a Armiche y su vida.
Entro en el Pino, echo una ojeada a ver si encuentro a mi compañero de la última semana, ya que tengo ganas de saber como le ha ido durante esta semana y con la intención de que me vuelva a iluminar con su experiencia y sabiduría. Al principio no lo encuentro, pero luego una silueta de un señor muy mayor en una silla de ruedas y con la cara llena de arrugas sale de una habitación. Es él; le saludo con la mano y le hago un gesto con la mano para que viniera. Este se acerca para entablar una nueva conversación conmigo.
+Buenas tardes, me llamo Armiche, ¿Tú quien eres? Nunca te he visto rondar por aquí ..
-¿Armiche? Soy yo, David, el mismo que vino el lunes pasado a estar un rato contigo. Tuvimos una charla muy interesante. ¿No te acuerdas?
+Te acabo de decir que es la primera vez que veo esa cara, te estarás equivocando de persona.
Alarmado, me dirijo a una de las asistentes que estaba pasando en ese mismo instante por la sala en la que nos encontramos, y me llevo una inesperada sorpresa. Me acabo de enterar que Armiche sufre de Alzheimer, esa enfermedad que hace que te olvides de la mayoría de tus recuerdos.
+Oye chico, ya que me has parecido una persona un tanto especial te voy a contar una historia.
-Bueno vale, a lo mejor así me olvido de este cúmulo de sorpresas que me estoy llevando.
Sorprendentemente para mí, Armiche empieza a contar de nuevo la misma historia que la semana pasada, con el mismo sentimiento que la última vez, como si estuviera volviendo a vivir de nuevo todos aquellos sucesos que le marcaron de por vida; pero yo, abducido por la forma en el que contaba las cosas, no le dije que ya había escuchado esa historia, por lo que me callé y me limité a escuchar aquella maravillosa historia que de nuevo hizo emocionarme.
Días más tarde, algo no me cuadraba. ¿Cómo podía acordarse Armiche de toda su historia con tanto detalle si tenía Alzheimer? Me costó descubrir el porqué; pero tras un año que ha pasado desde aquel lluvioso día que conocí a una persona de las que más me ha sorprendido, ya he encontrado el porqué. "Existen recuerdos tan especiales para una persona, que ni el Alzheimer es capaz de arrebatar"
FIN
-Entonces Armiche, ¿Me puedes contar algo sobre ti?
+Si tanto quieres saber sobre mí, te contaré toda mi historia
Me puse cómodo y me dispuse a escuchar aquella historia que tenía una pinta espectacular sin perder detalle, escuchando y reflexionando cada frase, cada palabra; porque algo me decía que aquella historia me serviría para mucho en algún futuro. Se dice que "Más sabe el diablo por viejo que por diablo"
+Me llamo Armiche Rivero Ramos, nací una helada noche de 31 de Diciembre del año 1927, por lo que tengo unos noventa años. Me crié en una familia muy humilde de Trapiche, en Arucas, mi padre trabajaba en nuestra pequeña huerta de la que autosubsistíamos mis cinco hermanos y hermanas, mis padres y yo. Hubo muchas temporadas en las que estuve al borde de la muerte a causa del hambre, pero sobreviví, aunque varios de mis hermanos no corrieron la misma suerte. La Guerra Civil estalló cuando yo estaba pasando mi infancia, por lo que no pude tener una infancia como la de los niños de ahora. Fueron los peores años de mi vida; estaba todo el día metido dentro de un búnker de guerra, con mucha escasez de recursos, mucha gente murió, entre ellas, mis hermanos. Recuerdo aquel día en el que estábamos mi madre, mi padre y yo buscando comida por la calle, cuando empezaron a bombardear el pueblo. Aquel día me quedé huérfano; todavía tengo en mi mente atormentándome el recuerdo de como los cuerpos sin vida de mis padres se desplomaban ante mí. Nunca olvidaré este hecho ya que me marcó para siempre. Años más tarde, ya alcanzada mi edad adulta, sobre los veintidós años, conocí a la mujer más bella que existía; ella se llamaba Teresa. ¡Ay mi Teresa como la quería...! Teresa era la hija del pescadero, rubia con los ojos color miel, pero lo que más me enamoraba de ella era su interior. Era la persona más bondadosa, solidaria, cálida y dulce que había conocido. Siempre que iba al mercado del pueblo, compraba algo de pescado aunque no lo necesitara, solo para tener la excusa para tener unas bonitas palabras con ella. Al cabo de unos años, Teresa se convirtió en la mujer de mi vida. Los años junto a ella fueron los más bonitos de mi vida, formamos una pequeña familia pero muy unida. Por desgracia, Teresa murió cuando solo tenía 36 años por culpa de un cáncer de pecho, y mi hija se fue de casa; no he vuelto a saber nada de ella desde entonces. Han sido unos años de soledad y de sufrimiento enormes, sin nadie a mi lado que acompañara. Echo de menos a mi mujer. Sinceramente no me acuerdo como he llegado a estar encerrado en este lugar. Esta es mi historia.
Al acabar de contar su historia, me doy cuenta de que se me habían escapado algunas lagrimas y me había emocionado con la emocionante historia que me acababan de contar. En ese mismo instante, llega una asistente y me dice que ya es hora de que me vaya ya que ha pasado la hora que me correspondía esa tarde.
-¿Ya ha pasado una hora ? ¿Tan rápido?
+Jajajaja ... El tiempo pasa más rápido cuando te lo estas pasando bien.
-Adiós Armiche; enserio que te agradezco demasiado todo lo que has compartido hoy conmigo, Gracias de todo corazón.
Me vuelvo a casa caminando junto a Jose, pero yo en mis cosas reflexionando sobre todo lo que me ha contado Armiche y extrayendo valiosas ideas sobre su vida.
>Oye David, ¿Hacemos algo este finde? Algo en plan todos los amigos juntos como ir a la playa.
+ (...)
>¿David, ocurre algo? Te noto un poco raro, tú no sueles estar tan callado.
+Pues sí Jose, en el voluntariado me ha ocurrido una cosa de lo más interesante.
>Estás tardando en contármelo
Empiezo a contarle a Jose la historia desde que Armiche y yo nos conocimos, le cuento apasionadamente la historia a la que él presta tanta atención como yo a Armiche, y por último le expreso mis sentimientos en cuanto a lo sucedido en el día de hoy. Luego nos separamos para cada uno llegar a su casa a estudiar.
Ha pasado una semana desde que fui por primera vez al voluntariado del Pino, desde que conocí a una de las personas más peculiares, y a la vez tan especiales de lo que llevaba de vida. Llevo toda la semana sin poder de parar de pensar en este tema. Hasta cuando Marta, mi profesora de psicología me había propuesto hacer un trabajo del tema que quisiéramos, me había aliado con Jose para hacer un trabajo especialmente dedicado a Armiche y su vida.
Entro en el Pino, echo una ojeada a ver si encuentro a mi compañero de la última semana, ya que tengo ganas de saber como le ha ido durante esta semana y con la intención de que me vuelva a iluminar con su experiencia y sabiduría. Al principio no lo encuentro, pero luego una silueta de un señor muy mayor en una silla de ruedas y con la cara llena de arrugas sale de una habitación. Es él; le saludo con la mano y le hago un gesto con la mano para que viniera. Este se acerca para entablar una nueva conversación conmigo.
+Buenas tardes, me llamo Armiche, ¿Tú quien eres? Nunca te he visto rondar por aquí ..
-¿Armiche? Soy yo, David, el mismo que vino el lunes pasado a estar un rato contigo. Tuvimos una charla muy interesante. ¿No te acuerdas?
+Te acabo de decir que es la primera vez que veo esa cara, te estarás equivocando de persona.
Alarmado, me dirijo a una de las asistentes que estaba pasando en ese mismo instante por la sala en la que nos encontramos, y me llevo una inesperada sorpresa. Me acabo de enterar que Armiche sufre de Alzheimer, esa enfermedad que hace que te olvides de la mayoría de tus recuerdos.
+Oye chico, ya que me has parecido una persona un tanto especial te voy a contar una historia.
-Bueno vale, a lo mejor así me olvido de este cúmulo de sorpresas que me estoy llevando.
Sorprendentemente para mí, Armiche empieza a contar de nuevo la misma historia que la semana pasada, con el mismo sentimiento que la última vez, como si estuviera volviendo a vivir de nuevo todos aquellos sucesos que le marcaron de por vida; pero yo, abducido por la forma en el que contaba las cosas, no le dije que ya había escuchado esa historia, por lo que me callé y me limité a escuchar aquella maravillosa historia que de nuevo hizo emocionarme.
Días más tarde, algo no me cuadraba. ¿Cómo podía acordarse Armiche de toda su historia con tanto detalle si tenía Alzheimer? Me costó descubrir el porqué; pero tras un año que ha pasado desde aquel lluvioso día que conocí a una persona de las que más me ha sorprendido, ya he encontrado el porqué. "Existen recuerdos tan especiales para una persona, que ni el Alzheimer es capaz de arrebatar"
FIN
¡¡¡Premio Nobel de Literatura pero YA!!!
ResponderEliminarno te flipes mucho que me lo voy a llevar yo!!!!
Eliminarpor las noches, cuando no hay ruido de coches se eschuchan voces que dicen palabras atroces
EliminarBien entrada la noche cuando ya no hay ruidos de coches y dan gritos a voces con palabras atroces
EliminarNo he visto una historia tan buena en mi vida hulio
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